ETAPA 3.-Erg Chebbi – Remlia – KemKem

Texto: Jesús Mesa
Fotos: Jota Alemán
Traducción. Elvira Avilés
(English version Below)

No fue la noche soñada. Cuando algunos equipos disfrutaban de una agradable velada al calor de la hoguera y otros apenas estaban comenzando a instalar sus tiendas, una feroz ventisca cargada de arena revolucionó el campamento. Sálvese quien pueda. Sólo quedaba ponerse a cubierto y dormir lo que el rugido del viento permitiese. La Gran Aventura se hacía presente de nuevo en su versión más salvaje.



Por la mañana, sol, calma, desayuno y briefing para una etapa que comenzaba recorriendo la parte Este de las dunas del Erg Chebbi con una prueba especial en la que los equipos debían encontrar unas balizas a partir de coordenadas.

Trazar la ruta más firme para llegar a las ansiadas balizas fue la clave del éxito. Algunos equipos que tomaban atajos subiendo a las dunas lo entendieron a base de palear e instalar sus planchas bajo el implacable sol. Conforme el calor evaporaba la humedad de la noche y las ruedas de los equipos precedentes labraban el terreno, el reto de navegar por el río de arena se hacía más complicado.



Finalmente sólo dos equipos no pudieron completar el tramo y tuvieron que continuar la ruta por vías alternativas, uno de ellos, el Green Bullit, previo paso por un taller de Merzouga.

Todavía quedaban más de cien kilómetros de pistas que conducían a Kem Kem. Los irreductibles Santanas y Series, con sus infatigables tripulantes, se adentraban en una pista pedregosa a través del valle del río Ziz rodeado por imponentes montañas. El sol ha sido hoy en las horas centrales del día el duro elemento a combatir con el que La Gran Aventura nos ha puesto a prueba. La fatiga ya se empezaba a notar entre baches, piedras y badenes kilómetro tras kilómetro.

Pero esta etapa tenía reservada una estampa única e inolvidable en sus últimos tramos. Más arena animaba el ambiente con divertidos pasos elevados y enormes bancos donde las reductoras debían evitar el hundimiento. Los equipos gozaron de sus mecánicas mientras admiraban el paisaje hasta llegar al way point de seguridad que anunciaba los últimos quince kilómetros.

La gran planicie de Kem Kem es un paisaje abrumador por su inabarcable tamaño y las formaciones montañosas que se pueden divisar a lo lejos. Las manadas de dromedarios daban al momento un aire especial demostrando que no hay terreno que se resista a la supervivencia gracias a la adaptación. Así como la cultura Land Rover Santana se resiste al olvido gracias al tesón de estos participantes que disfrutaban a toda velocidad antes de llegar al campamento.



Un merecido descanso les aguardaba antes volver a sus monturas mañana.

STAGE 3.- ERG CHEBBI - REMLIA - KEMKEM

Words: Jesús Mesa
Photos: Jota Alemán
Translation: Elvira Avilés

It wasn’t the night everyone had dreamed about. When some of the teams were enjoying a peaceful night by the camp fire and others were barely starting to install their tents, a furious sandstorm hit the camp. Run for cover! The only possible solution was to wait it out while trying to sleep as much the roar of the wind allowed. The Great Adventure reaffirmed itself in its most savage form.

With morning came the sun, calm, breakfast and the day’s briefing. The stage began along the East part of the Erg Chebbi dunes, with a special test in which the teams had to find some markers from a set of coordinates.

Devising the firmer route in order to reach the coveted markers was the key to success. Some teams tried to take shortcuts by climbing the dunes, but they soon learned that this almost inevitably ended in them having to use their plates and shovels under the relentless sun. As the heat evaporated the night’s humidity and the wheels worked the terrain, navigating the sand became an increasingly difficult task.

Finally, only two teams were unable to complete this part of the stage and had to continue the route through alternative routes. One of them, the Green Bullitt, had to make a visit to the garage shop in Merzouga first.

The day was not over. More than 100 kilometers of dirt tracks remained, en route to Kem Kem. The unyielding Santana and Series, with their tireless crew members, drove deeper into a stony track through the valley of the Ziz river, surrounded by imposing mountains. During the central hours of the day, the sun became one of the worst enemies on the track, another test for the competitors. The fatigue was also starting to appear among potholes, stones, and dips, kilometer after kilometer.

However, this stage had reserved for its grand finale a unique and unforgettable scene. Some more sand encouraged the teams with a few fun, elevated passes where the differentials had to keep the cars from sinking. The teams reveled in their mechanics as they admired the landscape, reaching the security waypoint that announced the last 15 kilometers.

The great plain of Kem Kem is an overwhelming scenery because of its endless size and the rocky formations that can be seen in the distance. The herds of dromedaries give a special feeling to the stamp, demonstrating that there’s no terrain that can resist the survival of species through adaptation; the same way the culture of Land Rover Santana resists obscurity thanks to the determination of these participants, that enjoyed all of this at high speed before reaching the camp.

A well-deserved rest awaits them before returning to their mounts tomorrow.