SANTANA TROPHY 2015. ETAPA 3.- ERFOUD-HASSILABIED

Etapa ‪#‎Tres‬. Erfoud – Hassilabied
Texto y fotos: Jota Alemán

Tras la apacible noche nuestros participantes se han puesto el Land Rover Santana por traje y han disfrutado de una de las jornadas programadas que más ilusión hace llevar a buen término.
Se acercan más a ese imposible que los ha movido hasta aquí. Emular a los antiguos expedicionarios al recorrer una de las rutas a través de los muchos oasis desperdigados en la región que los cobijó anoche. Es la tarea del día.

Con rumbo hacia una de las zonas de reputado interés de la región, las mecánicas de los participantes han pisado por donde se disputaba el antiguo Dakar a su paso por el país alauita, cuando la carrera más dura del mundo recorría el continente africano. Una etapa bastante completa y que ha dado mucho de sí. Donde nuestros aventureros han penalizado en navegación al no pasar por el control secreto que había establecido la organización, a excepción del Santana de Álvaro y Eduardo, que si han completado la ruta de hoy.



Han hecho punto y seguido en la propia meta. El mar de dunas dorado de Merzouga. El Erg Chebbi. Lejos de descansar, todavía les quedaba dar el último apretón de la jornada.

Tras un fugitivo respiro en el incomparable marco de este pequeño y contenido desierto, lo justo para refrescarse, han vuelto a vestirse con sus respectivos Santanas para disputar la especial que ha patrocinado el Hotel Nasser Palace, donde se hospedan hoy. Un circuito de arena, balizado para la ocasión, emulando -en nuestra medida- el estilo del Camel Trophy . Un guiño al fabuloso pasado de esta competición, que introdujo las pruebas especiales en la edición de 1982 de Papúa, Nueva Guinea, una de las que más gustan a los fanáticos junto con la de Zaire del 83, edición clave en nuestra memoria, que tanto la organización como los participantes del Santana Trophy estaban deseando hacer, y que los ha enfrentado directamente con la traicionera arena en ‪#‎LaGranAventura‬.

Mejor o peor, y lejos del resultado final de la especial, todos los equipos excepto el Almíbar Team que no la han disputado se han manejado bien. Dotes no les falta –y dicho sea de paso, les ha venido muy bien practicar para los pasos arenosos que se avecinan y no imaginan-. Todos los equipos han completado el circuito, sorteando las dunas a distintas alturas y los pasos arenosos. Establecido el mejor tiempo, finalmente la especial se la ha llevado Ros Woodham y Jimmy Hayes, que han sabido mantener las manos calientes y la cabeza fría mejor que sus adversarios.

Después de la especial, la noche los ha cogido con el tiempo justo para revisar las mecánicas y dejarlas preparadas para la dura jornada que empieza mañana. Hoy les queda aún el importante briefing que los pondrá sobre aviso de las duras condiciones con que afrontarán en la maratón.

La cena es igual de distendida. Caras cansadas pero satisfechas por un día rotundo que todos han llevado a buen fin. Las exigencias físicas y psicológicas aumentan. Se recrudecen poco a poco, y las ganas de derrotar al rival, de ir un poco más allá que el otro, también han cobrado más protagonismo.

Tras ver la pizarra que los reoordena en la clasificación, les toca descansar. Lo saben. Es ahora o nunca. Ya no lo harán bajo los mismos cómodos términos hasta que finalice la maratón, pero eso será mañana y pasado.

Incomunicados, os lo contaremos a nuestra vuelta a la civilización.