Edición 2024: ETAPA MARATHON

Texto: Ayoze Álvarez
Traducción: Elvira Avilés
Fotos: Jota Alemán (VER FOTOS)
 
(English version below)

La libertad es cabalgar como salvajes sobre tierras indomables sin noción alguna de que exista otro momento más allá del que estás viviendo.


Vinimos para esto. En mitad de la Etapa Marathon hay un instante en el que todos nos damos cuenta de la magnitud de la aventura. Una foto fija nos viene a la mente y de repente no sabemos si ese momento lo hemos vivido o lo hemos soñado. Si ocurrió o es un producto de nuestra imaginación a partir de imágenes que hemos apilado apresuradamente en tan pocos días, enhebradas como un tapiz bereber.

El convoy partió ayer a las 08:30. El sol al fin corona el cielo azul el horizonte de Marruecos que todos esperábamos. El briefing fue largo y concienzudo. 630 km. totales y 450 km. de pista en principio son líneas en el mapa pero también emociones muy intensas y metas personales que nos conducen a superarnos a nosotros mismos.

Todos los Land Rover parten salvo un Santana y un Defender: el Santana 2500 DC del #24, que arrastra su achacoso palier reparado una y otra vez y el Land Rover Defender 110 del equipo #15, que precisa de una pequeñísima tuerca para solventar un grave problema de suspensión.

La salida está próxima a la llanura de Marha, entre Goulmina y Erfoud con sus famosos Monumentos del Alemán: la Escalera Celeste, la Espiral Dorada y la Ciudad de Orión, extrañas construcciones arquitectónicas de Landart que Hannjörg Vorth proyectó en estos parajes entre los años 80 y primeros dos mil para añadirle una gota de surrealismo más a este desierto.

Empieza con un tramo rocoso y pedregoso mientras nos adentramos en el sur. Las pistas pronto dejan de ser visibles y exigen extremar la navegación. El fes-fes suspendido en el aire aumenta la sensación de calor y un extenso río de arena sin pisadas ni rodaduras, en el que además se esconde una de las balizas ocultas que los equipos deben encontrar, se convierte en el protagonista del día. 

El caprichoso desierto da un golpe sobre el tablero y Santanas, Series y Defender pierden el rumbo. Suena la alarma de emergencia: al equipo #41, un Land Rover Santana 109 Especial le arde la fusilera. Desconectan los cables y tira. El Santana Ligero #38 da un golpe duro y hace que caja de cambios y motor se desplacen provocando múltiples averías. El #36, un Santana Aníbal, tiene problemas en los ejes.

Empieza la tarde y los dos Land Rover Series II de Solihull, los equipos #50 y #52, espoleados por los Defender 90 y 110 de los equipos #51 y #40 cortan la arena sin piedad. Pasar el control horario de Tafraoute a una velocidad endiablada permitirá que al día siguiente sean los únicos en completar la etapa sin problemas.

A las 19:30 se da el alto. Hoy no hay bivouac y cada equipo debe pernoctar en la zona de acampada asignada según su situación en el mapa, ya sea solo o con viejos o nuevos compañeros. No hay mayor placer que el de encontrar un viejo amigo, salvo el de hacer uno nuevo escribió Rudyar Kipling. Probablemente en uno de sus viaje a través del desierto.

Las noticias que llegan al control horario una vez cerrado anteceden una noche larga: hay muchos equipos perdidos, la arena se los ha ido tragando sin piedad. Eslingas, rescatar, eslingas, rescatar mientras se entierran los tobillos. Casi a media noche el coche escoba, los comisarios y la ambulancia llegan escoltando a los últimos supervivientes. El resto de equipos se desperdigan por el plateau bajo una transparente noche que permite ver miles de estrellas. Es una sensación maravillosa estar aquí.

Amanece tras las dunas y a las 07:30 se abre de nuevo el control horario por el que deben pasar los equipos. Los que no tuvieron suerte ayer amanecen rumbo a los talleres. Pese a que los mecánicos se han afanado toda la noche los milagros son limitados. Para muchos será ya insalvable remontar la brecha en el cómputo global de la clasificación.

Los equipos ahora vuelven a enfilar el norte, el campamento de esta noche está cerca de Boudnib. Esto es tierra de khettaras, pozos que ventilan un entramado sistema subterráneo de irrigación y protegen el agua del pesado sol que carga sin piedad contra los techos de los Land Rover.

Los participantes entran en la dinámica del nómada que sabe que para encontrarse debe permitir que sus sentidos se pierdan un poco. Orientarse entre el fes-fes en medio del trance. Hoy vuelve a haber arena, rocas, chots y oueds, para finalizar con 60 km. de pistas rápidas. El dorsal #40 llega el primero al campamento a las 16:55 con 15 de las 16 balizas disponibles marcadas en su cuaderno de ruta. A partir de su llegada, el resto de equipos tienen cuatro horas para llegar y sellar su etapa. A las 20:43 aparece en el horizonte un halo de luces y el rugido característico que atraviesa el silencio es el de los Santanas. 

A las 20:50 siguen estando lejos. En las amplias llanuras marroquíes lo que parece que está cerca se encuentra agónicamente lejos. El cronómetro entra en su último minuto y los Santana Serie III 88 de los equipos #61, #62 y #64 llegan precedidos del camión Santana 2000 con el #60 vinilado en sus puertas. 

La Etapa Marathon ha sido épica hasta el último instante.

MARATHON STAGE
Text: Ayoze Álvarez
Translation: Elvira Avilés
Photo: Jota Alemán

"Freedom is riding like wild beings across untamed lands, with no notion that any moment exists beyond the one you're living in."
 
We came for this. In the middle of the Marathon Stage, there's a moment when we all realize the magnitude of the adventure. A still image comes to mind, and suddenly we don't know if we've lived that moment or dreamed it. Whether it happened or whether it is a product that our imagination has coined together from the images hastily piled up in the last few days, woven together like a Berber tapestry.

The convoy departed yesterday at 08:30. The sun finally crowns the blue sky, the Moroccan horizon we've all been waiting for. The briefing was long and thorough. 630 km total and 450 km of track that are initially lines on the map but that mount up to intense emotions and personal goals.
All the Land Rovers set off except for a Santana and a Defender: the Santana 2500 DC of #24, dragging its ailing prop shaft, repaired time and again, and the Land Rover Defender 110 of team #15, which needs a tiny nut to solve a serious suspension problem.

The starting point is near the Marha plain, between Goulmina and Erfoud, with their famous German Monuments: the Celestial Staircase, the Golden Spiral, and the City of Orion, strange architectural Landart constructions that Hannjörg Vorth projected in these places between the 80s and early 2000s to add another drop of surrealism to this desert.

It begins with a rocky and stony stretch as we head south. The tracks soon become invisible and require extreme navigation. The suspended dust increases the sensation of heat, and an extensive river of sand with no footprints or tracks, in which one of the hidden beacons that the teams must find is hidden, becomes the main character for the day. The whimsical desert makes a move on the board, and Santanas, Series, and Defender lose their way. The emergency alarm sounds: for team #41, a Land Rover Santana 109 Special, the fuse box is on fire. They disconnect the cables and roll on. The Santana Ligero #38 takes a hard hit, causing gearbox and engine displacement, and a myriad of other problems. The #36, a Santana Aníbal, has problems with the axles.

The afternoon begins, and the two Land Rover Series II from Solihull, teams #50 and #52, spurred on by the Defender 90 and 110 from teams #51 and #40, mercilessly cut through the sand. Passing the Timed Waypoint of Tafraoute at breakneck speed will allow them to be the only ones to complete the stage without problems the next day.

At 19:30, the day is called to a halt. Today there's no bivouac, and each team must spend the night in the assigned camping area according to their position on the map, whether alone or with old or new companions. There's no greater pleasure than finding an old friend, except for making a new one, wrote Rudyard Kipling. Probably on one of his journeys through the desert.

The news that reaches the time control once it's closed precedes a long night: many teams are lost, the sand has swallowed them mercilessly. Slings, rescues, slings and more rescues while ankles are buried deep in the sand. Almost at midnight, the sweep car, the commissioners, and the ambulance arrive escorting the last survivors. The rest of the teams scatter across the plateau under a transparent night with thousands of stars brilliantly shining in the sky. It's a wonderful feeling to be here.

Dawn breaks behind the dunes, and at 07:30, the time control opens again for the teams to pass through. Those who weren't lucky yesterday wake up heading to the workshops. Although the mechanics have worked all night, miracles are limited. For many, it will be an insurmountable feat to close the gap in the overall classification.

The teams now head back north; tonight's camp is near Boudnib. This is the land of khettaras, wells that ventilate an intricate underground irrigation system and protect the water from the heavy sun that relentlessly beats down on the roofs of the Land Rovers.

The participants hace taken up the dynamic of the nomad who knows that to find oneself, one must allow their senses to wander a bit. Orienting oneself among the suspended dust in the midst of the trance. Today there's sand again, rocks, chotts, and oueds, ending with 60 km of fast tracks. Dorsal #40 arrives first at the camp at 16:55 with 15 of the 16 available beacons marked in their roadbook. 

From their arrival, the rest of the teams have four hours to arrive and stamp their stage. At 20:43, a halo of lights appears on the horizon, and the characteristic roar that pierces the silence is that of the Santanas. At 20:50, they're still far away. In the vast Moroccan plains, what seems close is agonizingly far away. The stopwatch enters its last minute, and the Santana Serie III 88 of teams #61, #62, and #64 arrive preceded by the Santana 2000 truck with #60 vinyl on its doors. The Marathon Stage has been epic until the last moment.