Edición 2024: ETAPA 1 SAKA - TAZA - BOULEMANE

Texto: Ayoze Álvarez
Traducción: Elvira Avilés
Fotos: Jota Alemán (VER FOTOS) 

(English version below)

La primera etapa pone al fin al dulce preludio de la espera. Se debe cumplir el pacto con la aventura y las nubes acuden puntuales a la predicción. Mientras el campamento se despereza, una leve llovizna se contiene, ansiosa como algún pie en el acelerador. La diana del briefing toca a las 08:00 y a lo largo de media hora la dirección de carrera señala puntualizaciones en el roadbook. La mano inocente del participante más joven decanta el sorteo que dicta quién parte primero en la edición de 2024 de la Santana Trophy: la suerte cae del lado de los dorsales pares.




El convoy toma rumbo sur. Enlaza a través de autovía con Taza la apacible, paso principal entre el este y el oeste marroquí, a caballo entre las cadenas montañas del Rif y del Atlas Medio. Taza duerme junto al Parque Nacional de Tazzeka, hacia donde se dirigen los Land Rover Santanas, Series y Defender.

Itinerario inédito, el raid se estrena con paisajes de excepcional belleza los próximos 333 km. Varios equipos cometen pronto los primeros errores de navegación y los dorsales #77, #64, #62 y #60 se salen de ruta durante un buen rato. Nada más entrar en pista, el spot lanza alarma de avería mecánica: el equipo #24, un Santana 2500 DC Super de 1988 rompe el palier trasero izquierdo tras un frenazo inesperado. Le toca a estos dos amigos de Madrid enlazar por carretera hasta el primer camp rogando que los mecánicos les consigan uno de repuesto. Suena de nuevo la alarma, el Land Rover Santana 88 Serie III de 1977 del equipo hispano-belga se queda sin bombín de embrague. Dos averías que son dos clásicos en el repertorio de los grandes éxitos de las roturas de estos coches.

Llueve. Lento pero constante. El resto del convoy, dividido ya en diferentes ritmos y experiencias se adentra en el cedral natural de Tazzeka. La pista es sencilla: es lo único marrón entre tanto verde. Las nubes bajas envuelven las copas de encinas, alcornoques y tuyas de Berbería de varias decenas de metros. Los árboles son tan viejos como estos paisajes, entre los que se abren valles profundos cincelados con acantilados escarpados de los que atan el cuerpo al asiento de los aventureros. El agua brota de las entrañas de esta tierra bendecida, y los Land Rover tosen quejumbroso por su ascenso entre curvas bajo la mirada oculta del lobo dorado africano.

El Land Rover Defender 90 del equipo #14 se avería en pista. Compañeros en la fatiga, es eslingado por el Santana 109 Especial del equipo Ecosiona #71. La lluvia ya se consolida como una más del grupo y con el caer de la tarde los equipos desfilan por la carretera nacional que lleva hasta Boulemane, un pequeño pueblo que nos da la bienvenida entre un desfiladero de piedras afiladas. Aquí la vida es sencilla, pastoril. El agua empapa la tierra arcillosa y satura los rojos del paisaje. El ancho oued, ahora seco, que nos escolta nos muestra su esqueleto de saltos de roca lisa y en el aire huele al carbón
vegetal de las carboneras naturales. Las casas son de piedra, regular y tallada, igual que los puentes. Los carteles advierten que plus de vitesse, plus de risque, que los amantes de los Santanas tradujeron hace décadas a la prisa mata.

A media tarde gotean ya los primeros equipos en llegar al campamento. Hace frío. Estamos a 1700 metros de altitud y planea el temor de que pueda nevar. La noche va a ser larga en el taller de asistencia.


STAGE 1 SAKA - TAZA - BOULEMANE
Text: Ayoze Álvarez
Translation: Elvira Avilés
Photo: Jose Alemán
 
The first stage is here at last, after waiting for too long. The clouds arrive punctually as the camp slowly awakens, and the air is damp with the light rain that will surely fall later. The briefing starts at 8 and during half an hour the teams listen attentively as the staff tells them what lays ahead of them today. The youngest participant is the lucky hand in the sorting that determines the order of the race: even numbered teams win and will thus begin the stage first in line.
 
The cars drive south, through the motorway that crosses Taza and links the East and West of Morocco, between the mountains of the Rif and the Middle Atlas; right beside Tazzeka National Park. A new itinerary, this editions’ first stage is made up of 333km of beautiful landscapes. The first errors are committed, and teams 77, 64, 62 and 60 take a wrong turn which takes them a few kilometers in the wrong direction. And just as soon as the first cars arrive at the off-road roads, the staff receives notice that a car has broken down: number 24, a Santana 2500 DC Super from 1988 has a broken rear-left half shaft after having to break suddenly. Unfortunately, the car can’t continue off road and has to take a road link straight to the camp, until the mechanics can find a replacement. And then, another alarm! Team number 29 , a Land Rover Santana 88 Series III from 1977 has a broken the cluth problems. Both of these repairs are very commons among these vehicles.

It rains, slow and steady. The rest of the caravan, already broken into smaller groups, enters the Tazzeka Cedar Forest. The track is easy to see, a brown line among all of the greenery; the low clouds surround the tallest tree tops, which are as old as the landscapes surrounding the teams, rich with deep valleys and sharp cliffs. Water sprouts from one of the cliffs’ faces as the Land Rovers whine and cough up the steep tracks.

Team number 14 breaks down off road, but their friends from team Erosiona (number 71) offer them a helping hand and pulls them out onto the road. It is still raining as the vehicles wander along the national road that leads to Boulemane, a small village that welcomes the teams between a rocky mountain pass. Life seems simple here. Water saturates the rich soils and emboldens the red color of the clay, and the small square houses are made of thick rock, a sure protection against the cold. The bridges are also stone and stodgy, and signs that dot the roads warn: plus de vitesse, plus de risque (the higher the speed, the higher the danger).

It’s mid afternoon when the first teams begin to arrive at the camp. It’s very cold, we are at over 1700m of altitude and there’s a rumor that it might snow. It’s going to be a long night in the repair-shop.