Texto: Ayoze Álvarez
Fotos: Jota Alemán
Traducción: Elvira Avilés
(english version below)
This is the end. My only friend, the end. Levantamos campamento y enfilamos los quejumbrosos motores hacia el norte. Hoy la salida es conjunta, la caravana se desliza unida por el plateau, cruzando numerosos puentes que son un buen ejemplo de lo extremo del clima marroquí. Cuando arrecian las lluvias la llanura se anega. Por suerte, hoy no es el caso.
En uno de esos puentes, la organización de Santana Trophy les brinda una sorpresa a los participantes. Banderas amarillas y de los patrocinadores oficiales flanquean la entrada al paso de hormigón donde, en uno de sus extremos, la dirección de carrera los espera con la medalla que acredita haber terminado. Un premio que sabe a oro.
Gota a gota, coche a coche, tras los abrazos los equipos se ponen en camino. Larga carretera hasta Saidia, una perla mediterránea entre Nador y Argelia. Los Land Rover descansan en los pequeños pueblos de camino a la ciudad de Oudja, de avenidas rectas kilométricas. Los colores saturados y vivos de la fruta madura de los puestos a pie de calle nos dan la pista de que efectivamente, entramos en reinos del Mediterráneo. Olivares y naranjos cubren los campos.
La Casa del Habano de Hamburgo de Christoph Wolters patrocina uno de los premios más esperados, el “Me fumo un puro”. El espíritu que se subyace tras el galardón es recompensar a aquellas personas que por muchas adversidades que se encuentran en el camino, son capaces de pararse, tranquilizarse y por supuesto, fumarse un puro, antes de buscar la manera de seguir adelante. Carlos Filipe Barreto Vinagre y Miki Minguez, un entrañable equipo formado por un canario y un portugués radicados en Oviedo, son elegidos por unanimidad como los justos merecedores de este premio tras un raid repleto de problemas que no les impidieron llegar a la línea final siempre con una sonrisa al dorsal #57.
Green & Gold, el taller madrileño de Alejandro Aguilera, querido y reconocido por los propietarios de Land Rover y sobre todo de los que asisten a Santana Trophy, entrega el premio al coche mejor restaurado al Land Rover Series II de Till Pasquay y Ronadl Breitung, el dorsal #43 venido de Alemania.
Y el premio de navegación, patrocinado por Alberto y Romain de Alrosolar, el coche 0 de esta edición, el que reconoce a quien mejor se ha orientado y ha cumplido con el reglamento deportivo del raid, recae en la joven pareja compuesta por Manuel Vega y Ana Jiménez con su Land Rover Santanta 88 Serie III con el dorsal #52
Toca despedirse y hacer planes para el futuro, pero para un futuro cercano que vuelva a unir a la familia de Santana Trophy lo antes posible. Las inscripciones para The Explorer Journeys se abrirán en las siguientes semanas.
________________
Photos: Jota Alemán
Translation: Elvira Avilés
This is the end. My only friend, the end. We set up camp and turn the whining engines northwards. Today's departure is a shared one, the caravan slides together across the plateau, crossing numerous bridges that are a good example of the extreme Moroccan climate. When the rains come, the plains become waterlogged. Fortunately, this is not the case today.
On one of these bridges, the organisers of the Santana Trophy offer the participants a surprise. Yellow flags and those of the official sponsors flank the entrance to the concrete crossing where, at the end, the race management awaits them with the medal for having finished. A prize that tastes like gold.
Drop by drop, car by car, after the hugs, the teams set off on their way. It's a long road to Saïdia, a Mediterranean pearl enclaved between Nador and Algeria. The Land Rovers rest in the small villages on the way to the city of Oudja, with its kilometres of straight avenues. The vivid, saturated colours of the ripe fruit on the street-side stalls hint that we are indeed entering the realms of the Mediterranean. Olive and orange groves cover the fields.
Arriving at a hotel after many days of physical and mental exhaustion generates a sense of peace that facilitates the flow of friendly conversation. The participants gather around the table where the final ceremony takes place. The race management gives the final instructions for tomorrow's departure (never relax until the journey is over) and thanks the teams that came from places as far flung as Norway or South Africa, for the efforts they’ve made to be here. Pepe, from Dipe 4x4, a partner of the event who is retiring this year, receives an honorary award for his kindness and collaboration with Santana Trophy during all these years, and also presents the award to the oldest vehicle, the Land Rover Series II 88 belonging to the Dutch team, number #44, composed by Rob and Anne Bik.
Christoph Wolters' Hamburg Habano House sponsors one of the most eagerly awaited awards, the “Me fumo un puro". The spirit behind the award is to reward those people who, no matter how much adversity they encounter along the way, are able to stop, calm down and, of course, smoke a cigar, before looking for a way to move on. Carlos Filipe Barreto Vinagre and Miki Minguez, an endearing team formed by a Canary Islander and a Portuguese based in Oviedo, were unanimously chosen as the justly deserving winners of this award after a raid full of problems that did not prevent them from reaching the finish line with a smile on their faces at bib #57.
Green & Gold, the Madrid workshop of Alejandro Aguilera, loved and recognized by Land Rover owners and especially by those who attend Santana Trophy, presents the award for the best restored car to the Land Rover Series II of Till Pasquay and Ronadl Breitung, number #43 from Germany.
And the navigation award, sponsored by Alberto and Romain of Alrosolar, who drove the car 0 in this edition, which recognizes who has been better oriented and has complied with the sporting rules of the raid, goes to the young couple composed by Manuel Vega and Ana Jimenez with their Land Rover Santana 88 Series III with the number # 52.
It is time to say goodbye and make plans for the future, but for a near future that will bring the Santana Trophy family back together as soon as possible. Registrations for The Explorer Journeys will open in the following weeks.
Fotos: Jota Alemán
Traducción: Elvira Avilés
(english version below)
This is the end. My only friend, the end. Levantamos campamento y enfilamos los quejumbrosos motores hacia el norte. Hoy la salida es conjunta, la caravana se desliza unida por el plateau, cruzando numerosos puentes que son un buen ejemplo de lo extremo del clima marroquí. Cuando arrecian las lluvias la llanura se anega. Por suerte, hoy no es el caso.
En uno de esos puentes, la organización de Santana Trophy les brinda una sorpresa a los participantes. Banderas amarillas y de los patrocinadores oficiales flanquean la entrada al paso de hormigón donde, en uno de sus extremos, la dirección de carrera los espera con la medalla que acredita haber terminado. Un premio que sabe a oro.
Gota a gota, coche a coche, tras los abrazos los equipos se ponen en camino. Larga carretera hasta Saidia, una perla mediterránea entre Nador y Argelia. Los Land Rover descansan en los pequeños pueblos de camino a la ciudad de Oudja, de avenidas rectas kilométricas. Los colores saturados y vivos de la fruta madura de los puestos a pie de calle nos dan la pista de que efectivamente, entramos en reinos del Mediterráneo. Olivares y naranjos cubren los campos.
Llegar a un hotel tras muchos días de extenuación física y mental genera una sensación de paz que facilita el fluir de conversaciones amistosas. Los participantes se van reuniendo en torno a la mesa donde se oficia la ceremonia final. La dirección de carrera da las últimas indicaciones para la partida de mañana (nunca hay que relajarse del todo hasta que el viaje no termina) y agradece a los equipos con orígenes más lejanos, en esta edición Noruega y Sudáfrica, su sacrificio para asistir. Pepe, de Dipe 4x4, colaborador del evento que se jubila este año,recibe un premio honorífico por su cariño y colaboración con Santana Trophy durante todos estos años y además entrega el premio al vehículo más antiguo, el Land Rover Series II 88 del equipo neerlandés, dorsal #44, compuesto por Rob y Anne Bik.
La Casa del Habano de Hamburgo de Christoph Wolters patrocina uno de los premios más esperados, el “Me fumo un puro”. El espíritu que se subyace tras el galardón es recompensar a aquellas personas que por muchas adversidades que se encuentran en el camino, son capaces de pararse, tranquilizarse y por supuesto, fumarse un puro, antes de buscar la manera de seguir adelante. Carlos Filipe Barreto Vinagre y Miki Minguez, un entrañable equipo formado por un canario y un portugués radicados en Oviedo, son elegidos por unanimidad como los justos merecedores de este premio tras un raid repleto de problemas que no les impidieron llegar a la línea final siempre con una sonrisa al dorsal #57.
Green & Gold, el taller madrileño de Alejandro Aguilera, querido y reconocido por los propietarios de Land Rover y sobre todo de los que asisten a Santana Trophy, entrega el premio al coche mejor restaurado al Land Rover Series II de Till Pasquay y Ronadl Breitung, el dorsal #43 venido de Alemania.
Y el premio de navegación, patrocinado por Alberto y Romain de Alrosolar, el coche 0 de esta edición, el que reconoce a quien mejor se ha orientado y ha cumplido con el reglamento deportivo del raid, recae en la joven pareja compuesta por Manuel Vega y Ana Jiménez con su Land Rover Santanta 88 Serie III con el dorsal #52
Toca despedirse y hacer planes para el futuro, pero para un futuro cercano que vuelva a unir a la familia de Santana Trophy lo antes posible. Las inscripciones para The Explorer Journeys se abrirán en las siguientes semanas.
________________
Stage 6 - Anoual / Saidia
Words: Ayoze ÁlvarezPhotos: Jota Alemán
Translation: Elvira Avilés
This is the end. My only friend, the end. We set up camp and turn the whining engines northwards. Today's departure is a shared one, the caravan slides together across the plateau, crossing numerous bridges that are a good example of the extreme Moroccan climate. When the rains come, the plains become waterlogged. Fortunately, this is not the case today.
On one of these bridges, the organisers of the Santana Trophy offer the participants a surprise. Yellow flags and those of the official sponsors flank the entrance to the concrete crossing where, at the end, the race management awaits them with the medal for having finished. A prize that tastes like gold.
Drop by drop, car by car, after the hugs, the teams set off on their way. It's a long road to Saïdia, a Mediterranean pearl enclaved between Nador and Algeria. The Land Rovers rest in the small villages on the way to the city of Oudja, with its kilometres of straight avenues. The vivid, saturated colours of the ripe fruit on the street-side stalls hint that we are indeed entering the realms of the Mediterranean. Olive and orange groves cover the fields.
Arriving at a hotel after many days of physical and mental exhaustion generates a sense of peace that facilitates the flow of friendly conversation. The participants gather around the table where the final ceremony takes place. The race management gives the final instructions for tomorrow's departure (never relax until the journey is over) and thanks the teams that came from places as far flung as Norway or South Africa, for the efforts they’ve made to be here. Pepe, from Dipe 4x4, a partner of the event who is retiring this year, receives an honorary award for his kindness and collaboration with Santana Trophy during all these years, and also presents the award to the oldest vehicle, the Land Rover Series II 88 belonging to the Dutch team, number #44, composed by Rob and Anne Bik.
Christoph Wolters' Hamburg Habano House sponsors one of the most eagerly awaited awards, the “Me fumo un puro". The spirit behind the award is to reward those people who, no matter how much adversity they encounter along the way, are able to stop, calm down and, of course, smoke a cigar, before looking for a way to move on. Carlos Filipe Barreto Vinagre and Miki Minguez, an endearing team formed by a Canary Islander and a Portuguese based in Oviedo, were unanimously chosen as the justly deserving winners of this award after a raid full of problems that did not prevent them from reaching the finish line with a smile on their faces at bib #57.
Green & Gold, the Madrid workshop of Alejandro Aguilera, loved and recognized by Land Rover owners and especially by those who attend Santana Trophy, presents the award for the best restored car to the Land Rover Series II of Till Pasquay and Ronadl Breitung, number #43 from Germany.
And the navigation award, sponsored by Alberto and Romain of Alrosolar, who drove the car 0 in this edition, which recognizes who has been better oriented and has complied with the sporting rules of the raid, goes to the young couple composed by Manuel Vega and Ana Jimenez with their Land Rover Santana 88 Series III with the number # 52.
It is time to say goodbye and make plans for the future, but for a near future that will bring the Santana Trophy family back together as soon as possible. Registrations for The Explorer Journeys will open in the following weeks.