Etapa Maratón #Cuatro y #Cinco. Hassilabied – Tagounite – Foum Zguid
Texto y fotos: Jota Alemán
Han pasado 48 horas. El punto de inflexión de esta aventura. 510 kilómetros en total, donde unos 330 han sido por pistas. Por pistas de todo tipo, rápidas y lentas, con pequeños y grandes pasos arenosos, oueds llenos de rocas, chotts y amplios valles. Álvaro y Eduardo han hecho uso de todo su espíritu santanero. Son ‘duros entre duros’.
Preparados y bien aprovisionados, su meta en esta jornada maratoniana era alcanzar y atravesar el vasto Valle de Iriki. Sus rostros, dentro de estas fieras mecánicas con suspensión de ballesta, ya dejaban notar que iban siendo más conscientes que alcanzar el objetivo no iba a ser tan fácil como en días anteriores. El paisaje ha cambiado y el terreno por donde han pisado hoy también. La larga jornada de navegación a través de los chotts y las planicies alauitas ha pasado una factura a cuerpo y mente con la que deben contar.
Con los 180 kilómetros de esta primera jornada, los pilotos y copilotos de los Land Rover Santana y Series finalizaron muy cansados. Montando el campamento en la zona de Tagounite. Era la hora del descanso, de recuperar fuerzas y de poner en comunidad las impresiones del día, y las expectativas de lo que resta. En mitad de la nada, sin nadie alrededor, a mitad de maratón y con las puertas de Iriki casi a su alcance, se abandonaron al cansancio preguntándose si mañana, atravesar este valle será más duro.
Despertar en medio de la nada desértica contando únicamente con los medios propios para afrontar la fresca mañana de Tagounite siempre es algo digno de ver. Finalmente el cansancio pudo con algunos equipos, que decidieron no afrontar la segunda parte, de menor recorrido pero más duro.
Ros y Jimmy -con dorsal 12- se desplazaban a Zagora con la organización y con su Santana -El Salvador-' a los talleres de Mohamed El Gordito, para solventar una rotura en uno de los soportes que aguantan el radiador, dejándolos sin opciones de cruzar Iriki muy a su pesar.
Ante los equipos se abre un parque nacional que ocupa una superficie de 123.000 hectáreas. Situado muy al sur -es el punto más lejano que alcanza#LaGranAventura en esta edición- hace frontera con Argelia, es una zona muy árida, que linda con el Sáhara todavía más al sur. Dentro de él, abundan los espacios protegidos que suponen un seis por ciento de la superficie total del país. Mantiene una vegetación de estepa sahariana concentrada en las depresiones del curso seco del río. Anteriormente era un lago -denominación que algunos mantienen hoy día- donde desembocaba el Draa.
Les llegó la hora, es todo navegación. Las pistas pedregosas han jugado un papel fundamental hoy, pero también los abundantes pasos arenosos, que lejos de ser pequeños, serpentean durante kilómetros entre las dunas.
Una parte de la ruta es dura, larga y bastante lenta. Lejos de minar las ganas de los tripulantes de este colorido 109M, les ha dado satisfacciones como la de discurrir con sus querido Santana -que recien cumple el millón de kilómetros- en paralelo al Erg Chegaga, el otro mar de dunas más famoso de Marruecos. De estampa más sahariana aún, sus escarpadas dunas, no aptas para iniciados animan a los viajeros a coger los bancos de arena de otra forma: pensado en el autentico espíritu de aventura que los ha llevado a embarcar en el Santana Trophy.
La tarde se se echó encima, y todavía quedan unos kilómetros, pero Foum Zguid está a tiro de piedra ya. Lo han conseguido, y a un ritmo que pocos podrían haber llevado. Álvaro y Eduardo, sin duda están legitimados para contar su propia experiencia de porqué el Santana Trophy es #LaGranAventura.
Todos descansan ya en el hospedaje junto con sus compañeros que como sorpresa les tenía preparada la organización, les toca recuperar fuerzas y asimilar la impresionante etapa maratón vivida. En esta ocasión con las comodidades y bondades del siempre agradable y cuidado Hotel Bab Rimal.
Texto y fotos: Jota Alemán
Han pasado 48 horas. El punto de inflexión de esta aventura. 510 kilómetros en total, donde unos 330 han sido por pistas. Por pistas de todo tipo, rápidas y lentas, con pequeños y grandes pasos arenosos, oueds llenos de rocas, chotts y amplios valles. Álvaro y Eduardo han hecho uso de todo su espíritu santanero. Son ‘duros entre duros’.
Preparados y bien aprovisionados, su meta en esta jornada maratoniana era alcanzar y atravesar el vasto Valle de Iriki. Sus rostros, dentro de estas fieras mecánicas con suspensión de ballesta, ya dejaban notar que iban siendo más conscientes que alcanzar el objetivo no iba a ser tan fácil como en días anteriores. El paisaje ha cambiado y el terreno por donde han pisado hoy también. La larga jornada de navegación a través de los chotts y las planicies alauitas ha pasado una factura a cuerpo y mente con la que deben contar.
Con los 180 kilómetros de esta primera jornada, los pilotos y copilotos de los Land Rover Santana y Series finalizaron muy cansados. Montando el campamento en la zona de Tagounite. Era la hora del descanso, de recuperar fuerzas y de poner en comunidad las impresiones del día, y las expectativas de lo que resta. En mitad de la nada, sin nadie alrededor, a mitad de maratón y con las puertas de Iriki casi a su alcance, se abandonaron al cansancio preguntándose si mañana, atravesar este valle será más duro.
Despertar en medio de la nada desértica contando únicamente con los medios propios para afrontar la fresca mañana de Tagounite siempre es algo digno de ver. Finalmente el cansancio pudo con algunos equipos, que decidieron no afrontar la segunda parte, de menor recorrido pero más duro.
Ros y Jimmy -con dorsal 12- se desplazaban a Zagora con la organización y con su Santana -El Salvador-' a los talleres de Mohamed El Gordito, para solventar una rotura en uno de los soportes que aguantan el radiador, dejándolos sin opciones de cruzar Iriki muy a su pesar.
Ante los equipos se abre un parque nacional que ocupa una superficie de 123.000 hectáreas. Situado muy al sur -es el punto más lejano que alcanza#LaGranAventura en esta edición- hace frontera con Argelia, es una zona muy árida, que linda con el Sáhara todavía más al sur. Dentro de él, abundan los espacios protegidos que suponen un seis por ciento de la superficie total del país. Mantiene una vegetación de estepa sahariana concentrada en las depresiones del curso seco del río. Anteriormente era un lago -denominación que algunos mantienen hoy día- donde desembocaba el Draa.
Les llegó la hora, es todo navegación. Las pistas pedregosas han jugado un papel fundamental hoy, pero también los abundantes pasos arenosos, que lejos de ser pequeños, serpentean durante kilómetros entre las dunas.
Una parte de la ruta es dura, larga y bastante lenta. Lejos de minar las ganas de los tripulantes de este colorido 109M, les ha dado satisfacciones como la de discurrir con sus querido Santana -que recien cumple el millón de kilómetros- en paralelo al Erg Chegaga, el otro mar de dunas más famoso de Marruecos. De estampa más sahariana aún, sus escarpadas dunas, no aptas para iniciados animan a los viajeros a coger los bancos de arena de otra forma: pensado en el autentico espíritu de aventura que los ha llevado a embarcar en el Santana Trophy.
La tarde se se echó encima, y todavía quedan unos kilómetros, pero Foum Zguid está a tiro de piedra ya. Lo han conseguido, y a un ritmo que pocos podrían haber llevado. Álvaro y Eduardo, sin duda están legitimados para contar su propia experiencia de porqué el Santana Trophy es #LaGranAventura.
Todos descansan ya en el hospedaje junto con sus compañeros que como sorpresa les tenía preparada la organización, les toca recuperar fuerzas y asimilar la impresionante etapa maratón vivida. En esta ocasión con las comodidades y bondades del siempre agradable y cuidado Hotel Bab Rimal.
Todas las fotos de la etapa: