El Árbol de Teneré era una solitaria acacia, que fue considerada en su momento como el árbol más solitario y aislado de la Tierra, el único dentro de un área de 400 km a la redonda.
Último sobreviviente de un grupo de árboles que crecieron cuando el desierto era menos seco de lo que es hoy, el árbol había permanecido aislado durante décadas. Durante el invierno de 1938 a 1939 se cavó un pozo cerca del árbol y se encontró que sus raíces alcanzaban un manto freático ubicado entre 33 y 36 metros de profundidad.
Fue punto de referencia para las caravanas a través de la región de Teneré, en el Sahara, al noreste de Níger, y es bien sabido que fue el único árbol en mostrarse en un mapa a una escala de 1:4.000.000.
El árbol fue golpeado por un camión conducido por un chófer libio supuestamente ebrio, en 1973. El 8 de noviembre de 1973 el árbol muerto fue trasladado al Museo Nacional de Níger en su capital, Niamey. Ha sido reemplazado en su sitio original por una simple estructura metálica representando a un árbol.
Éste no fue el primer encuentro del árbol con un camión. En su libro La epopeya de Ténéré, el explorador y etnólogo francés Henry Lhote describió sus dos viajes hacia el árbol de Ténéré. Su primera visita fue en 1934. Describe al árbol como «una acacia con tronco degenerativo, enfermo o de aspecto débil. Por otra parte, el árbol tiene hojas verdes agradables, y algunas flores amarillas». Lo visitó nuevamente 25 años después, el 26 de noviembre de 1959, en la misión Berliet-Ténéré, pero encontró que había sido seriamente dañado después de que un vehículo colisionara con él.